ESTABA EN UN GRANDE PERO EL AMOR FUE MÁS FUERTE

 

 

No resulta simple encontrar datos, y poder corroborarlos, de lo que sucedió en los primeros tiempos del fútbol oficial en Olavarría, y también de los oriundos que llegaron a AFA. Era extraño que hasta los años ’70 solamente un par de jugadores nacidos o surgidos en nuestra liga hubieran jugado en el más alto nivel de nuestro país, tales los casos de Juan Echevarrieta (en breve publicaremos su biografía) o Juan Villavicencio ( EL SEGUNDO QUE JUGÓ EN PRIMERA – Olafútbol (olafutbol.com.ar )

Así, revisando publicaciones de la época, apareció el nombre del primer futbolista olavarriense que jugó en un equipo de los denominados “Grandes”. Fue el delantero Héctor Osvaldo Colo, que después de formarse y demostrar su capacidad goleadora en Estudiantes, en 1933 se incorporó a Independiente de Avellaneda en una época de fenomenales delanteros como Antonio Sastre, Andrés Coll, Pablo Ruffo, Roberto Porta, José Tobar y Hugo Lamanna.

 

DATOS
Héctor Colo nació el 16 de Octubre de 1911 en Olavarría. Hijo del uruguayo Carlos Colo (52 años) y de Sixta Irene Herrera (45), argentina nacida en Magdalena, cerca de La Plata. Fue bautizado el 17 de noviembre de 1913 en la parroquia San José de Olavarría siendo sus padrinos Beltrán Doussain y Jermana Loum, también vecinos de nuestra ciudad.

 

LOS INICIOS EN OLAVARRíA
De gran físico, muy buenas condiciones técnicas y potente disparo, se formó en Estudiantes y desde 1930 a 1933 convirtió varios goles en Primera de la liga local. En su último torneo en Olavarría fue autor de 9 de los 17 tantos que el Bataraz anotó para ser subcampeón -igualó la posición con Jorge Newbery de La Madrid- del Racing que se coronó campeón.

 

Colo en Estudiantes en 1932, segundo abajo de izquierda a derecha.

 

A LOS “DIABLOS ROJOS”
En 1932, Independiente perdió el torneo con River en un partido desempate y para el año siguiente, el entrenador Zoilo Canaveri necesitaba reforzar su ataque y por ello la dirigencia contrató varios delanteros, entre ellos Hugo Lamanna que venía de un gran año en Talleres Escalada y un par de apuestas entre las que estuvo el joven olavarriense.
El equipo tuvo un buen año, le ganó a los que terminaron arriba en la tabla, Lamanna fue figura y goleador (convirtió 19 goles en 23 partidos, fue transferido a…. y luego a Francia) y Colo superó las expectativas siendo el tercer goleador del Rojo. Sin embargo, solamente estuvo ese año en la máxima división de Argentina.

 

DEBUT
Su primera aparición en los “Diablos Rojos” fue en el inicio del certamen de Segunda división en cancha de Argentinos Juniors, el 11 de marzo de 1933. Tuvo un buen partido, abriendo el marcador de tiro libre a los 25’PT pero no pudo evitar el 3-2 en contra ya que jugaron con uno menos desde los 10’PT por lesión del zaguero Juan Fraile.

 

 

Por la tercera fecha de Segunda división, el sábado 25 de marzo, Independiente venció como visitante a Ferro 5 a 3. El delantero olavarriense fue autor de cuatro tantos (15’ y 30’ PT, 2’ y 12’ ST, éste de tiro libre)

El sábado 1 de abril jugó la cuarta fecha de Segunda. En su estadio, Independiente goleó 7-0 a Atlanta, con dos goles de Héctor Colo a los 10’PT y 4`ST.

El debut en Primera no pudo haber sido mejor. Por la 4ª fecha, el 2 de abril de 1933 reemplazó a Hugo Lammana y con gol suyo a los 27’PT superó como visitante 1-0 a Quilmes (ver síntesis y comentario)

 

Libro Alma Roja

Imagen tomada el domingo 9 de abril de 1933, de El Gráfico. Fue su último partido en Primera, cuando anotó 3 goles.

 

 

En la quinta fecha, el 9 de abril volvió a ser titular y fue desequilibrante. Convirtió tres goles en la goleada como local 6-3 ante Platense. A los 3`PT puso el 1-0, aumentó su compañero Evaristo; el Calamar lo dio vuelta y a los 32’PT empató Ravaschino, el 4-3 lo convirtió Colo. En la segunda mitad, a los 39’, el olavarriense hizo el sexto y último. Allí apareció el apodo de ”El Obús de Olavarría” (N:Obús: arma de artillería formada por un tubo hueco y largo de menor tamaño y diámetro que el de un cañón)

 

Libro Alma Roja

 

 

Paralelamente, Independiente jugaba la copa Competencia. El 13 de abril de ese 1933, perdió 2-0 en cancha de Boca ante Estudiantes. Colo fue titular en partido de trámite adverso ya que desde los 21’PT jugaron con uno menos por la lesión de Almiñana.

Pasó a la Ronda de Perdedores donde tuvo mejor suerte. Sin la presencia de “El Obús”, primero venció a River en tiempo extra luego de empatar en los 90 minutos. En el alargue el Rojo determino el 3-1 que lo llevó a la siguiente ronda de perdedores frente a Quilmes

El sábado 17 de junio, por la 14ª fecha de Segunda división, Colo fue el delantero central en el 1-1 ante Vélez como visitante.

Volvió a tener minutos en Segunda, el sábado 16 de setiembre por la 27ª fecha cuando vencieron como visitante 4-2 a River. El olavarriense abrió la cuenta a los 27’PT.

Después ya no hay registros hasta su pase a Nacional de Mendoza donde fue parte del equipo campeón de la temporada 1934.

 

 

EL AMOR CAMBIÓ LOS PLANES
Según se tiene entendido, a fines del ‘33 Independiente viajó a Mendoza a jugar un amistoso. La delegación se alojó en un hermoso hotel – uno de los pocos existentes- llamado “Euskal Etxea” (Casa Vasca). Ese edificio estaba ubicado en la localidad de El Challao (Departamento Las Heras, a escasos 10 kilómetros de la capital) y fue un complejo adelantado a la época, que recibía a personalidades de la política, el arte y el deporte.

Los propietarios de ese alojamiento eran la familia de Cea. En ese viaje, Héctor Colo conoció a Ana de Cea, una de las hijas del matrimonio propietario…y se enamoraron.

No pasó mucho tiempo hasta que decidió radicarse en Mendoza y allí se incorporó a Nacional FC que con el tiempo se fusionaría con otros dos clubes -Pacific Athletic Club y Vélez Sársfield- para convertirse en el actual Atlético Argentino.

 

Revista Crack, marzo de 1935

 

Además de jugar al fútbol, Colo primero se empleó como guardaparque. Con el tiempo adquirió una propiedad en el Departamento Las Heras y luego –a fines de los ’40- se dedicó al rubro comercial en pleno centro de la capital provincial: durante más de tres décadas tuvo un kiosco con puesto de diarios en la calle Necochea 35 (a metros de la plaza central de la avenida San Martín, la principal)

Junto a Ana tuvo dos hijas: Irene Matilde y Ana María (prestigiosa abogada y escribana, casada con el folklorista Chacho Arancibia) que se radicaron en Capital Federal.

En Mendoza se recuerda a Héctor “El Obús” Colo con mucho respeto, como futbolista pero también como persona. Allí falleció en 1986, a los 75 años de edad.

 

 

PD: Como en todos los registros e información que se publiquen, la historia está abierta a sumar datos y corregir los publicados.

 

 

Fuentes: Archivo Esteban Bekerman, Revistas Crack y El Gráfico, Internet, Alma Roja Volumen III de Claudio Keblaitis, Diario El Popular.

3 Comments

  1. ERA UNA GRAN PERSONA,DE NOBLEZA INMENSA,DEJÓ TODO SU PASADO GLORIOSO; EN OLAVARRÍA,PROVINCIA DE BUENOS AIRES,POR UN AMOR INCONDICIONAL,MÍ TÍA ANITA de CEA.. UN TRABAJADOR INCANSABLE,DECENTE,HONRADO,FIEL A SU ESPOSA E HIJAS.
    LO LLEVO EN MÍ CORAZÓN.

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