UN DÍA BOCA LLEGÓ A OLAVARRÍA

Con la presentación del plantel de Boca Juniors por primera vez en la ciudad, el domingo 19 de agosto de 1928 se vivió la que fuera la primera gran fiesta futbolera multitudinaria en Olavarría.

El estadio del Parque Guerrero de Estudiantes siempre resultaba muy amplio para cualquier evento pero esta vez quedó chico para las más de 5.000 personas que asistieron. No solamente de Olavarría sino que pese a que la comunicación no era la de estos tiempos, llegó público de Azul, Tandil, Laprida y Tres Arroyos.

La delegación de Boca Juniors -con su presidente Nicolás Vlahovich a la cabeza- llegó en tren en la madrugada del sábado 18. Por la mañana hubo una recorrida por Sierra Chica y Sierras Bayas, y por la noche se compartió un asado a la criolla en un espacio del predio Albinegro.

 

Boca en Olavarría. Arriba: Segundo Médici, Ludovico Bidoglio, Manuel Fleitas Solich, Manuel Merello, Américo Amoia, Ramón Mutis, Alfredo Garasino (se estaba retirando como jugador para pasar va a ser entrenador).

Abajo: Armando Bergamini, Esteban Kuko, Donato Penella, Roberto Cherro, Roberto Olmo.

 

 

Formación de Estudiantes.

 

 

La noticia del amistoso en la sección de deportes del Diario Crítica, el más leído de la época. 

 

 

SIN EQUIVALENCIA

Ya en el juego, Boca no permitió que los olavarrienses se acomodaran. Impuso el ritmo, demostró la diferencia técnica y terminó goleando 5-0.

En el primer tiempo, el wing izquierdo Olmo abrió la cuenta a los 5’, aumentó por partida doble Donato Penella a los 25’ y 38. En la segunda mitad, una de las glorias auriazules de todos los tiempos, Roberto Cherro marcó a los 15’ y 24’.

 

UNA GOLEADA HISTÓRICA A RIVER

Boca había convertido el viejo estadio de Bransen y Del Crucero en una fortaleza y mantuvo allí un invicto de cinco años, entre 1923 y 1928. Una semana después de la visita a Olavarría, el 26 de agosto de 1928, Talleres de Escalada le rompió a Boca esa extensa serie sin derrotas y le complicó el torneo.

Cuatro meses más tarde de la visita a Olavarría, el 19 de diciembre de ese 1928, Boca concretó una humillante goleada ante su ya clásico rival River Plate por 6 a 0.

Aún en tiempos de fútbol amateur (la era profesional comenzó en 1931), Boca no tuvo piedad con su eterno rival. Más allá de la superioridad del Xeneize, la visita estuvo en inferioridad numérica durante gran parte del Superclásico y eso pesó en el trámite del juego.

Antes de la media hora, Jerónimo Uriarte y Alejandro Giglio, compañeros de equipo, chocaron sus cabezas y ninguno de los dos pudo continuar en el terreno. Como todavía no existía la chance de hacer cambios, el rojiblanco tuvo que jugar con nueve futbolistas –luego fueron ocho, ante la baja por lesión de Francisco Gondar- y lo pagó caro con una paliza histórica. Tanta humillación sintió River que su capitán le pidió al árbitro Eduardo Forte que finalizara el encuentro después del tanto marcado por el Cabecita de Oro.

Pese a su poderío, luego de 35 partidos, Boca terminó la temporada detrás de Huracán, el denominado “Ballet Blanco” (varios de los integrantes figuran en las actuales plateas del estadio Ducó).

 

Fuentes: Diario El Popular, Marcos Rodríguez, Diario Crítica, Diario Libertad, Memoria y Balance del Club Boca, Sergio Lodise, Adolfo Santa María, Historia de Boca, Archivo Olafútbol

 

 

3 Comments

  1. Muy buena iniciativa la de publicar la historia deportiva de nuestra ciudad, evocando y homenajeando a todos quienes escribieron sus páginas de gloria. Felicitaciones.

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